de Mexico anadienclomc, que en lo particular podia yo asegurarle, que emplearia su influencia y empeno para con el supremo gobierno de Mexico, a fin de que se aliviase su suerlc y la cla sus companeros, lratandoseles durante et periodo de la conlestacion de dicho gobierno, como prisioneros de guerra, conforme al derecho de gentes. En vista de esta contentacion, el coronel Faning hizo una junta, con el objeto de consullar sus objeciones acerca de lo dicho por el gefe mexicano. Despues de mediahorade espera, el coronel Faning y sus companerus unidos con nosotros, nos declararon que la resolucion de su junta habia side, obtener garantias de la vida y propiedad de sus personas igualmenle que sus heridos fuesen lratados iguales a los mexicanos por medio de un documenlo .firmado por nosotros y ratificado por el general Urrea. Impuesto de esto el general Urrea repilio, que no podia hacer lratado alguno publico y firmado por parte mexicana, y que si rendian, a discrecion, debra manifestarlo Faning por escrito, en lo que insistia dicho general, bajo las promesas hechas anleriormente en lo particular. A esla segunda contestacion, despues de algunos minulos de meditacion el coronel Fanning y sus companeros nos hicieron la pregunta siguiente. Senores, ustedes creen que el gobierno mexicano, no atentara contra nuestra vida?" Y los tres comisionados conteslumos: que no podiamos dar garantia alguna, en virtud de la ley ecsislente; pero que no habia un solo ejemp 'I de que el gobierno mexicano hubiese mandaclo fusilar un hombre rendido a su clemencia Aunque esta contestacion no Jes satisfizo, nos dijo: pues bien, no tengo agua: mis heridos necesitan asistencia: recomiendo particularmente a ustedes estos desgracia<los: me entregare a discrecion clel gobierno mexicano. En virtud de esta resolucion del coronel Faning y su companeros, extipulamos una hora para que entregasen las armies, y que cacla uno cogiese su equipage, ordenandose al capitan Andrade, secretario del general Urrea, para que estendiese la renclicion a discrecion, en castellano y en ingles, a fin de que se entregase la primera al general Urea, y la segunda al coronel Faning. Basta aqui Lermino nueslra comision, sin que nosotros los comisionados mexicanos, hayamos firmado convenio alguno. Si posteriormente el Sr. Urrea luva con el Sr. Faning por medio de su secretario alguna relacion sobre esle asunto, lo ignora totalmente*-En orden a la pregunta que V me hace, relativa a la ejecucion de los prisioneros en la Bahia, le conteslo, <liciendo: que mi situacion en
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