Ninguna noticia ha dado el general Filisola al supremo gobicrno, acerca de las negociaciones riue haya concluiclo el iluslre cautivo con los enemigos, y espera ansiosamente riue al regreso del general D. Adrian Woll y del oficial riue V. E. deslino, reciba alguna claridad este grave asunlo que mantiene en espectacion a la nacion entera. Mucho ha sorprendido al supremo gobierno el que el general Filisola hubiera aun imaginado percler el fruto de tanlas fatigas, de tanlos sacrificios y sangre, abanclonando de un golpe las conquislas clel valor heroico del soldado mexicano, y dando un completo triunfo a un enemigo que apenas se alrevia a dar la cara, hasta que un azar de la fortuna le ha inspirado un desmeclido orgullo. El supremo gobierno de quien es V. E. noble y lea! subdito, aprueba desde luego el que se haya opuesto a esta verguenza de la patria y del ejercito, y le previene espresamente el que conserve a Victoria, Goliad, Copano y Bejar, fortificandose en su linea, eslendiendose cuanto la prudencia lo permita, y dando la ley a ese pais de rebeldes cuya audacia se propone castigar la nac1on. Como V. E. indica que se haya anticipado la estacion de las aguas, convendra por ahora permanecer a la defensiva, y si fuese posible atraer a los rebeldes a una posicion escogida por V. E., y en la que el enemigo tuviera todas las desventajas, seria entonces muy conveniente darles un golpe que restableciese la moral <lei ejercito, el honor vacilante de las armas nacionales, sirviendo quiza para apresurar la libertad del inmortal prisionero. Pero la suerte de este esta esencialmente relacionada con las operaciones de la campana, y por esto se recomienda a V. E. una suma prudencia en ellas como demandan las circunstancias verdaderamente embarazosas en que el ejercito se halla. Aprueba desde luego el supremo gobierno la organizacion que propone V. E. dar a los cuerpos del ejercito y muy particularmente que ponga a la cabeza de los cuerpos de infanteria, a los hizarros coroneles, Condelles, Salas y Morales. Por lo demas, obre V. E. con absoluta libertad y con tantas faculta<les como las que tiene el supremo gobierno para la organizacion del ejercito y de los cuerpos sin que entien<la V. E. que Liene limites la omnimoda y justa confianza que el gobierno deposita en sus talentos y patriotismo. Habiendo estimado muy convenienle el que ningun general, gefe, oficial o individuo de lropa del ejercito,
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