los publisistas de mejor nola, ·que son de senlir se aplique la severidad de las leyes a los cahezas o motores principales de las revoluciones, tomullos o motines, aplicanclo la indulgencia posihle a la multilud, a la que siempre se le supone menos culpada. Pero debiendo evitarse el que esta generosidad pueda venir a ser perniciosa a los in tereses de la republica, juzga el gobierno que los suhlevados en Tejas, sean espulsos para siempre de nuestro territorio. A conveniencias tan notorias se atiende en la iniciativa numero 2. Tiempo ha que ha senticlo la necesidad de capitalizar los sueldos de los empleados asi civiles como militares que aspiren a eUo, y no pue<le ofrecerse mejor oportunidad que la presente. Estamos en el caso de examinar las concesiones de tierras hechas hasta aqui porque es notoria la usurpacion que se ha hecho de ellas: y ha venido tambien el de lanzar a los ingralos que se han servido del favor de nuestras leyes, y de nuestra ilimitada generosiclad para vilipencliarlas. Aun cuanclo esto no fuere asi, es induldable que exiten inmensos terrenos valdios de que hoy no se saca provecho alguno, y que podran servir para fijar la suerte de nuestros empleados, tanlo civiles como militares, proporcionando economias considerables al erario, desahogandolo de las crecidas cantidades que satisface y apenas soporta, y criando el amor al trabajo y a la induslria que ha destraido casi totalmente la empleomania a que dio lugar una prolongada serie de revoluciones. El gobierdo ofrece a la consideracion <lei congreso la iniciativa numero 3 sin que aspire a lisonjearse de haber acertado con la mejor, porque en esta <lificil materia, todas son provabili<lades y no muy seguro el acierto. El ilustre y malogra<lo caudillo de Iguala se penetro de la conveniencia de recompensar los gloriosos servicios de la clase militar, hacien<lolas al mismo tiempo productiva y que no pesase como una carga sobre la nacion. Con este fin y con el de introducir en los militares el amor a la propiedad territorial, a que es consiguiente el amor al trabajo, les ofrecio asignaciones en tierras en 27 de Marzo de 1821, que ni entonces ni despues se han llevado a efecto, por la lriste fatalidacl que ha parecido inseparable de los desnos de la Republica. Ahora que disfrutamos una aurora de paz, el gobierno se decide a esperar que podra cumplirsc el generoso lega<lo <lei au tor de nuestra independencia. Hay leyes vigcnles que pudicran facilitar la realizacion de las miras del gobierno: pero eslc
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