poder pasar una laguna de poca agua en husca de ella. Descle este punto di vista con mi anteojo a la barra: a las lO de la manana del 30 se presenlo a fuera una goleta, y poco despues paso la barra y anclo en el punlo del sur, donde dilato como dos horas: en esta ocasion lt1ve lugar para ecsaminar no solamcnle la gente que estal,a en el punlo, sino la golela, aunque estaba distanle de Lres o cualro leguas: en el principio me crei que era la Watchmann, pero vi sus velachos, estaba tenido o mas obscuro que de las olras velas, y sus costados parecian amantelaclos con genero o fardos de algodon, y por estas rnzencs dudaba era la Watchmann, o mas hicn uno de los corsarios de ella. - Se dio a la vela otra vez y pasa,ido a las dos de la larde muy cerca del lugar a doncle pare. Uabiendo vislo este suceso, sin tener fuerza suficiente para disputarlo, supe ya que no me quedo esperanza de hacer nacla para el scrvicio de ella, ni molivo para queclar en ar111el punlo. Parli pues a la oracion entrando a la Bahia de Corpus Cristi por el paso refericlo, y prosigutendo con mil dificultades y sufrimientos mi viaje para las lagunas acia el Brazo de Santiago. A cosa de 9 dias despues que sali <lei Copano, encontrando mucha clificultad por la poca hondura de la agua, desemharque en tierra firme no muy lejos de un punto que se Uama el Penascal, y mienlras parti, ya dos de mis soldados se habian dcsertaclo. Este suceso, clejandome sin bastante fuerza para Uegar al Brazo por agua, me revolvio a cruzar a la isla y dejar el hote y una canoa campechana que habia hallado y a irme por la playa. Al llegar a la isla mis dos irlandeses y el solclado que me quedo se estraviaron enfiermos, y apesar de mi debilidad tenis que poner en tierra toclo mi equipaje con mis propias manos. Dejanclo el hote, la canoa y mi equipaje con dos de mi gente, y acompanaclo de uno de los irlandeses, empece •mu marcha para la playa caminando a pie y llevando al hombro una pala con que cavaba la arena en busca de agua. Al tercer rlia, como cosa de seis Ieguas dis Lan tes clel Brazo, encontre un sobrino del padre Bellin, que sue habilitio con un cabaUo, y me trato con loable carino. El dia 12 or 13 en la manana llegue el Brazo de Santiago donde el capitan Sabage, praclico del muerto me recibio con tanla hospitalidad como el otro individuo. - No debo omitir de mencionar a V. S. los ausilios que estos dos honrados vecinos me preslaron tan oportunamente cuando estuve para renclirme a la fotiga de \Ill ,~aje comparable con los mas pcnosos que he hecho cuando mas jovcn y robuslo. - Cuando concluyo esle Lorrador rccibi la apreclahle de
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